sábado, 13 de abril de 2013

Paraísos x Echevarría


Dos Novelistas Argentinos por Ignacio Echevarría para El Cultural.es


La onomástica, a veces, puede contribuir a explicar según qué cosas. Por ejemplo -y ya es un tópico subrayarlas-, la diversidad y la sofisticación de la narrativa argentina en contraste con la correspondiente a cualquier otro de los países de habla hispana.

Sin ir más lejos, basta comparar la nómina de los más conspicuos narradores españoles (con una llamativa concurrencia en la inicial M: Magrinyà, Marías, Marsé, Martín, Martínez, Mendoza, Merino, Millás, Muñoz) con su equivalente argentino, en la que resuenan apellidos tan sonoros y a menudo impronunciables como Aira, Bizzio, Cohen, Covadlo, Ehrenhaus, Fresán, Guebel, Kachadjian, Kohan, Laiseca, Oloixarac, Pauls, Piglia, Pron, Saccomano, Schweblin, Szichman, Tabarovsky, Venturini... La diferencia viene a ser la que pudiera darse entre la lista de pasajeros de un pacífico paquebote mediterráneo y la de un barco mercante que cruzara, abarrotado, el Atlántico.

Entre los apellidos raros que menudean en la narrativa argentina se cuentan los de Sergio Chjefec y Iosi Havilio. Uno y otro, pertenecientes a distintas franjas generacionales, figuran entre los más notables e interesantes narradores del país. De uno y otro acaban de publicarse en España sus últimas novelas, ambas excelentes y muy, muy recomendables.

El de Sergio Chjefec (Buenos Aires, 1956) es un caso paradigmático de las incongruencias que abundan en los tráficos editoriales del ámbito hispánico. Incongruencias ocasionadas en su mayor parte por la desarticulada y no pocas veces inepta actuación de los grandes sellos editoriales. En Argentina, la mayor parte de la obra de este autor ha sido publicada fielmente por Alfaguara, que sin embargo ni imprime sus libros en España ni los importa. Y ello pese a que Chjefec goza desde hace ya bastante tiempo de un amplio y bien fundado prestigio, tanto en Argentina como fuera de ella. De hecho, se trata de uno de los narradores menos previsibles y más refinados de cuantos escriben actualmente en castellano. Se lo suele comparar con Handke o con Sebald por su estilo errante, digresivo, asociativo, sostenido en su caso por una inteligencia de primer rango: observadora, especulativa, extraordinariamente dotada tanto para la sutileza psicológica como para el matiz filosófico.

La experiencia dramática, undécima novela de Chjefec, es la tercera que publica en España la editorial Candaya, a la que hay que agradecer su perseverancia a la hora de apostar por un autor tan poco corriente. Perseverencia sobradamente justificada en este caso, pues se trata -de nuevo, y quizá más que nunca- de una novela cautivadora, con una deslumbrante capacidad de desplegar innumerables posibilidades y vericuetos narrativos a partir de una situación tan sencilla como la caminata semanal que dan por la ciudad dos amigos, un hombre y una mujer, cuya conversación pondera con impasible neutralidad una voz narradora prolijamente omnisciente.

También Paraísos es la tercera novela de Iosi Havilio (Buenos Aires, 1974) que en España publica Caballo de Troya, sello que apostó por este autor desde su debut, la memorable Opendoor (2009). Las dos jóvenes que protagonizaban aquella novela reaparecen en ésta, dominada por una voz narradora (la de una de ellas) cuya mezcla de abulia y lucidez termina por tener un efecto magnético sobre el lector.

A propósito de Opendoor dijo Beatriz Sarlo que una de las singularidades de su escritura es que no se podían determinar sus orígenes literarios. Pero la voz narradora de Paraísos pertenece al linaje de El extranjero de Camus, si bien desecada de toda deriva existencialista, anclada en los márgenes de una vida casi residual, cuya sordidez resulta milagrosamente redimida por una especie de indolencia que a momentos adquiere el valor de la inocencia.

Paraísos ha sido publicada en Argentina por Mondadori, sello perteneciente al mismo grupo que Caballo de Troya. En unos tiempos en los que no abundan escritores jóvenes de la calidad y del gancho de Havilio, resulta chocante que un autor y una novela de este calibre se confinen en España a los alcances limitados de una editorial sonda y laboratorio, como es la que dirige Constantino Bértolo, cuando se dispone de una plataforma más amplia para difundirlos.

Damián Tabarovsky observaba años atrás que el mercado español estaba dando “gran lugar, quizá como nunca antes, a la más insolente tradición literaria latinoamericana”. Corría el año 2008, y quizá por entonces podía alentarse tan saludable optimismo. Pero no cabe hacerse ilusiones. Ese lugar, hoy, sigue siendo proporcionalmente muy escaso, y su heroico mantenimiento corre a cuenta, las más veces, de editoriales pequeñas y resistentes.

sábado, 6 de abril de 2013

De jaulas y salvajes


Desde el Perú, por Juan Ignacio Babino para Buensalvaje


A seis años de su primera novela y dos de su última publicación, acaba de salir un nuevo libro de Iosi Havilio y es motivo suficiente para celebrar.
La muerte de su esposo, el desalojo de su rancho en la ciudad de Luján. Todo, tan de repente, hace que la protagonista sin nombre parta a Buenos Aires junto a su pequeño hijo Simón. Ya en la ciudad, los hechos parecerán formar parte de una insana espiral: cierto coqueteo lésbico con Iris, una rumana que conoció durante los primeros días, su monoambiente derruido en un edificio tomado; el hijo deforme de Tosca, mandamás del lugar donde viven y a quien vacuna dos veces por día; el trabajo en el zoológico; un ex empleado bancario que por hacerse pasar por loco termina sin cobrar un peso de la indemnización. A partir del reencuentro con Eloísa, una vieja amigovia, con el calor y los festejos de fin de año de fondo, todo sucede a tal velocidad que por momentos asfixia a la protagonista: la intoxicación de Simón y su sanación en manos de una curandera, las drogas, las masturbaciones, las fiestas alocadas. «Tan rápido fue todo, cuando por tanto tiempo no pasó casi nada» o «esta vida nueva que no me esperaba y que empezó así de golpe, sin aviso» dice la protagonista, con una vida al borde de la fragilidad extrema pero que no termina de romperse nunca.
Paraísos es como un déjà vu de Open Door, primera novela de Havilio, la segunda parte de ese andar suelto de la protagonista (que se lee independientemente). Narrada en capítulos cortos, con una escritura directa y sin rodeos, siguen aquí las historias no resueltas del todo. Hay en ciertas similitudes con aquella novela de Haroldo Conti, Alrededor de la jaula: el zoológico, los paseos por la costanera porteña, personajes que se pierden en el anonimato de una ciudad desdibujada, una mangosta y una iguana, mascotas como tesoros en la infancia de Milo y Simón. Y como Haroldo, Iosi es sin dudas un gran narrador.
Havilio, miembro de una interesante generación de narradores argentinos, rebate eso de que las continuaciones no suelen ser buenas. Esta es tan buena como la primera y tal como termina, habrá que esperar que publique la tercera.