martes, 10 de junio de 2014

El sueño de la reconstrucción


Manuel Quaranta reseña La Serenidad para Vísperas

La serenidad es un quiebre –¿es verdaderamente un quiebre o las problemáticas del escritor de Opendoor y Paraísos se repiten aunque de forma diferente?– con respecto a la producción anterior de Havilio, un lenguaje exuberante atraviesa casi todas las páginas hasta llegar a un paroxismo descomunal plasmado en frases tales como “…hierve la palabra en las cavidades textuales del protagonista y la ilación es un placer inevitable” o “…llorar, llorar, llorar, por los pobres, los muertos, los violentos, los degollados, los consumidores, los poetas, los locos, los militantes, llorar juntos por los benefactores, por los críticos y los mormones, llorar por las plantas que se van muriendo, llorar por nosotros, mucho, por nuestros parientes…y contemplarnos en el lago espejo desde el sillón roto, los pies mojados, chorreantes de pellejos, con el partido de ajedrez abandonado en lo mejor, para estirar el goce”; en este contexto cobra sentido la pintura expuesta en la tapa del libro, Les Oréades de William-Adolphe Bouguereau, en tanto cifra de lo que uno encontrará apenas comience a leer: proliferación incansable de palabras expuestas al sin sentido o a volver todo un engaño.
Iosi Havilio, La serenidad, Buenos Aires: Entropía, 2014, 146 pp. ISBN: 978-987-1768-15-8