Por Gonzalo Maier para Revista Qué Pasa
Hay talentos y talentos. El del escritor argentino Iosi Havilio, por ejemplo, es escribir novelas magistrales sin que nadie se dé cuenta. Ya lo hizo con Opendoor (2007) y ahora lo repite con Estocolmo, la hipnótica novela de René, un exiliado chileno que luego de 33 años viviendo en la capital sueca decide viajar a Santiago junto a dos adolescentes de la Cruz Roja. La verdad es que uno nunca termina de entender los motivos del viaje, pero sí que Boris, su salvaje y sádico amante bosnio, lo quiere matar. Y a René, un tipo perturbadoramente apático y retorcido, un chileno que conoció lo peor de Suecia, no se le ocurre más que esconderse entre los cines gay del centro de Santiago, en las playas de Cartagena o en el asilo de provincia en el que tiene a su madre. De paso, el protagonista, adicto a las redes sociales porno y malcriado por culpa del bienestar sueco, protagoniza una estupenda y alucinada novela sicológica. Y eso que no dijimos una palabra sobre ese final tremendo, apocalíptico, hermoso, aterrador...