martes, 1 de abril de 2014

Falso presente

Reseña de Paraísos para micro-revista


Paraísos. Iosi Havilio. Caballo de Troya. Madrid, 2013. 35o páginas, 22,90 €
Ni siquiera sabemos su nombre. Su marido muere de pronto, atropellado, dejándola con un bebé pequeño, Simón. El hermano del marido, Jaime, se ocupa de los trámites. No parecen tener una buena relación ella y su cuñado, parece que éste nunca la considerara de la familia; ni él ni su mujer. La tratan con condescendencia. No volverán a verse después de la muerte del marido. Unos días después llega la orden de desalojo de la casa y la finca en la que viven ella y su hijo, que se encuentra en el campo, en un lugar llamado Open Door: hay una deuda y el propietario quiere recuperarla. Le ofrecen dinero, muy poco, para unos meses. No le queda más remedio que aceptar. Con su bebé a cuestas, deja la finca y se dirige a la ciudad, adonde llega el día de las inundaciones. Toma una habitación en un hotelucho regentado por una gallega. Allí conoce a una rumana, de Transilvania, Iris, que lleva 2 años en el país…
Relato lineal,Paraísos, de Iosi Havilio (Buenos Aires, Argentina, 1974), comienza con un suceso catártico que mancha al personaje principal en adelante. A partir de ese momento lo que mantiene nuestro interés es su vulnerabilidad, la posibilidad de que caiga, así como aquellos momentos en los que descubrimos que es capaz de seguir adelante a pesar de todo. Se trata también, en cierto modo, de una novela episódica. El transcurrir natural, en términos realistas, de la historia (tanto como el transcurso del tiempo y las acciones en intensidad cotidiana), permite al lector viajar despacio de pequeño episodio en pequeño episodio. El mayor logro de la estructura de esta novela (una estructura que no se ve)es conseguir, mediante un argumento nimio, dejar sitio a algo que debe parecerse mucho a la vida.
Lo excepcional de los personajes es su condición de gente corriente, como rara vez se encuentra esa condición expresada a través de la literatura.Al principio pensamos que esa mujer que protagoniza la historia va a ser menos capaz, que nada puede más que empeorar en su vida, pero no, se mantiene, sale a adelante sutilmente, flota sobre su propia vulnerabilidad, ni más ni menos que como cualquiera de nosotros en nuestras propias vidas. Gracias a Iris comienza a trabajar en un zoo. Ahí conoce a varios compañeros. Yessica, la compañera que debe formarla pero la trata mal. Canetti, “con doble T”, jefe de ordenanza que se le pega y le propone presentarle a una persona que necesita que le pongan inyecciones todos los días, la señora se llama Tosca y es una gorda inmensa con un tumor benigno en el cogote. Ella se da cuenta de que Canetti le hace el favor porque quiere salir con ella, y se zafa. Tosca le comenta que arriba de su piso hay uno libre y le dice que puede ocuparlo a cambio de los pinchazos. Se traslada allí con su hijo. Es un sitio muy particular, un edificio ocupado desde hace décadas, conocido como el Buti por uno que murió resistiendo un desalojo allí 10 años atrás…
Novela escrita en un falso presente, presente histórico, de manera gélida, distante, contenida, acerada, que es la voz de la protagonista, el autor no incurre en frases buenas o demasiado literarias que no encajarían en la voz del personaje. Tampoco detiene su mirada en lo que no se detendría la suya. Parece cumplir el precepto de Hemingway, “escribe la historia, quita las frases buenas y mira a ver si todavía funciona”. El estilo, en su austeridad, resulta muy seductor. Expresa bien el dilema existencial de esta madre que de pronto pierde al hombre tosco del que se enamoró como “sin querer”, tardíamente, y, sola en el mundo, tiene que irse a la ciudad a buscarse la vida Se trata de un estilo que permite al lector vivir la historia, y no es sencillo lo que consigue IosiHavilio. Lo que podría parecer banal, no lo es en su caso, o, dicho de otro modo, lo banal no resulta nada banal escrito por este autor. Se interesa por todo aquello que no suele ser de interés para la literatura, algo que lo emparenta a muchos buenos cineastas contemporáneos, aquellos que depositan la mirada en sucesos de aparente baja intensidad dramática. En este sentido, Paraísos, de Iosi Havilio, resulta ser una novela rabiosamente contemporánea. Sin duda entre lo mejor que hemos leído últimamente.